UNA LETRA EN EL OCÉANO

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jueves, 18 de noviembre de 2010

ESTE BLOG SE HA TRASLADADO

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Las personas-libro de Granada

© Foto Carmen Rivero
De izquierda a derecha: Amalia de Toca, Carmen Martínez, Mariló Valdivia, Javier, Eva María Velázquez, Eva Santamaría, Juan Carlos y Charo Pérez.

Imagínense una sociedad en que las autoridades prohíben la lectura.  Imagínense que la prohibición es tal, que ordenan quemar cuantos libros haya en ella. Imagínense que para salvar los textos contenidos en estos libros, se forman grupos ocultos, perseguidos a toda costa, grupos de personas valientes amantes de la cultura, hombres y mujeres dispuestos a darlo todo, incluso su vida, por la ella. Imagínense que para salvarla, ellos memorizan los textos que luego irán irremediablemente a la hoguera y que, una vez hechos suyos, los trasladan a través de su voz y su memoria a todo aquel que quiere escucharlos, dejando su persona en el anonimato para convertirse en fragmentos de libros, salvadores de textos que, gracias a estas personas, logran sobrevivir y pasar de generación a generación. Podría decirse que su presentación antes de la lectura del fragmento sería: "Yo soy el poema del Cante Jondo de Federico García Lorca" y continúan narrando el texto que personifican, dentro de círculo de paraguas naranjas, simulando así ser ellos los propios textos ardiendo dentro de la hoguera.

Esta ficción, narrada por Rad Bradbury, fue el punto de partida para el nacimiento de la asociación Personas Libro en el año 2008, aunque las primeras reminiscencias de este grupo datan del año 2006.


Fue el actor, dramaturgo y profesor de teatro Antonio Rodríguez Menéndez quien encendió la mecha en Madrid. Como suele pasar, los comienzos no fueron fáciles, pero el tesón y las ganas de fomentar la lectura de este grupo de personas hizo el resto. A través de unas primeras colaboraciones con el Pacto Andaluz por el libro comenzaron las narraciones. El punto de partida, el 16 de diciembre de 2006, cuando las primeras voces comenzaban a sonar en el Día de la Lectura. La promoción continuó a través de las bibliotecas municipales, en tanto que las reuniones se celebran en la Biblioteca Infanta Elena de Sevilla.

(...)

En Granada, el grupo de Personas-libro está compuesto por artistas, escritores y profesores que amamos la lectura.

Actuaciones periódicas:  Los últimos martes de cada mes, a las 21,30, en el Café Piaf (C/Buensuceso, frente a la Escuela de Turismo)

Al grupo se pueden añadir cualquier persona que ame los libros, que se sepa de memoria un texto y sea capaz de transmitirlo en público. Todos seréis bienvenidos, no importa la edad, el sexo... sólo nos une el amor a la cultura y las ganas de transmitirla.

Os esperamos el martes, 30 de noviembre, para compartir libros e ilusiones en el Piaf.

Si queréis saber más sobre Personas-libro, verlas y oírlas, visitad nuestro blog:
http://laspersonaslibrodegranada.blogspot.com/

No olvidéis que la cultura os necesita.






lunes, 1 de marzo de 2010

TRASLADO DE ESTE BLOG

Por problemas técnicos, este blog se ha trasladado a la siguiente dirección:


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Perdonen las molestias.

jueves, 11 de febrero de 2010

Érase una vez los funcionarios...

Acabo de llegar a casa y he decidido mirar mi correo antes de irme a dormir. Ahora quiero compartir con ustedes algo que encontré en uno de los emails recibidos, por si alguien tiene alguna duda de lo que se piensa por ahí. Es un artículo editado en el apartado de opinión del diario de Mallorca (diariodemallorca.es), titulado Tiro al funcionario, cuyo autor es: José Carlos Llop.

Como decía mi abuela... como muestra, bien vale un botón. Lean, lean y, sobre todo... si usted es funcionario... opine, porque será lo único que le dejen hacer (por ahora).

Ya lo decía Francisco de Quevedo, allá por el siglo XVI:

PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO



Tiro al funcionario



JOSÉ CARLOS LLOP

"No sé qué banco, ni quiero saberlo, ha propuesto que el gobierno baje el sueldo de los funcionarios hasta el índice que tenían en el año 2001. Me parece estupendo. Es más: considero que el banco en cuestión se ha quedado corto. Que ha sido demasiado generoso, vamos. Yo, de paso, les aumentaría las horas de trabajo –creo que doce al día es un buen número– y suprimiría las pagas extraordinarias. Total no van a tener tiempo para gastarlas. Porque de las vacaciones pagadas hay que empezar a despedirse. Rapidito.

Es necesario regresar a la época en que no había vacaciones anuales, no sé en qué estarían pensando esos banqueros. Esto, para empezar. Porque después convendría ir tomando otras medidas. Por ejemplo uniformarlos. Si les ponemos un bonito traje a rayas, los tendremos controlados a todas horas. Y si se les ocurre salir a la calle en horario de trabajo, los corremos a gorrazos y los devolvemos a su mesa. Si en el empeño se le va a alguien la mano y hay una nariz rota, pérdida de un ojo, incluso, que sé yo, un muerto, tampoco hay que escandalizarse: sólo son funcionarios. Y todo esto –piénsenlo bien– aliviaría mucho las tensiones que produce la crisis económica. El funcionario es un servidor público y como tal ha de servir para algo. De putching-ball no está mal: al menos, rinde.

Pensándolo mejor: la crisis es de tal magnitud que habría que militarizarlos. A todos. De esta forma no podrían rechistar ante la aplicación de las medidas citadas. Arresto en la oficina y pérdida de sueldo de quince días sería la pena mínima. Luego habrá que ir pensando en traslados forzosos a Lanzarote o Hierro, por ejemplo, que hay muy buen clima, o sea que a no quejarse. No es una sugerencia, es una necesidad imprescindible. Hay que salir de la crisis y está claro que la única medida –la única, subrayo– que va a salvar la economía española es la reducción de los sueldos funcionariales y la movilidad a patadas del funcionario. Que esos sueldos lleven tiempo en la nevera –con un 0´3% de

Aumento este año– es lo de menos. Hay que bajar las temperaturas: retrotraerlos a la era glacial. En un par de años, todo arreglado. Cosas parecidas se oyen por ahí. En tiempos de bonanza económica y gran negocio, el funcionario es un desgraciado, un inútil, un parásito que no sirve de nada y ha opositado aspirando a la seguridad de un sueldo fijo, el pobre diablo. No es emprendedor, ni osado, ni enriquece la sociedad que habita: ése es el pensamiento generalizado. Y quien no lo haya oído materializarse en palabras, lo ha visto en la mirada o en el gesto de más de uno. Que el tinglado se aguante gracias a los funcionarios –como se aguanta gracias al resto de la clase media– no importa a la hora de vituperarlos. Pero en tiempo de crisis, el funcionario pasa a ser un listillo, un gorrón que no se merece lo que tiene. Da igual que mientras duró la bonanza se hiciera befa de su sueldo; ahora resulta que es un buen sueldo: es seguro y eso basta. Por tanto que se les congele ya. Qué digo se les congele: que se les sumerja en la Siberia de los años 30, a ver si aprenden de una vez quien es el que manda aquí. Nadie se pregunta si ya lo están –congelados, quiero decir– que por supuesto lo están; prácticamente y desde hace años. Y eso, lo de jibarizar las cuentas del funcionario, lo dice gente de todo tipo, pero donde más llama la atención es cuando lo dicen profesionales liberales, empresarios y algunos despachos –de banco o no–.

O sea, los que siempre declaran a Hacienda todo, absolutamente todo, lo que ganan. Los que cargan gastos personales a su empresa. Los que nunca hacen trampas, ni urden artimañas para evitar al fisco y por eso las arcas del Estado van boyantes, con crisis o sin ella. En fin, mejor callar, ¿no? ¿O hablamos de las ayudas del Estado para tapar agujeros de esos bancos que ahora dan lecciones de cómo hay que tratar al funcionariado? ¿Hablamos de las declaraciones negativas de gente que gana un dineral? ¿Hablamos de beneficios anuales? ¿Hablamos del dinero que no tributa? Porque no es ése el que cobran los funcionarios, precisamente. Que, por cierto, también pagan impuestos y no tienen caja B o cómo se llame a eso ahora, ni cajas fuertes, ni más cajas que las de sus zapatos, en fin.

Nadie ha dicho nunca que la vida sea justa, porque no lo es. Debería serlo y ésa es una noble aspiración humana desde que el tiempo es tiempo. Pero... el funcionario lleva desde la primera Reforma Suárez perdiendo capacidad de gestión y de veto –de observación de la ley– en la Administración, y viendo medrar al nuevo funcionario con carnet de partido. El funcionario lleva años oyendo hablar de la corrupción de los funcionarios públicos para referirse a políticos que jamás han sido funcionarios de carrera. El funcionario tiene que oír

de vez en cuando la cantinela de "lo consulté con los técnicos del departamento", cuando nadie consultó nada con esos técnicos. O sea que un desaire más –por decirlo finamente– no es que importe mucho. Que se les congele el sueldo si eso ayuda a combatir la crisis –que no creo–, pero que nadie se ponga medallas a costa de la nómina funcionarial y su vuelta forzosa a los tiempos del cuplé. Sobre todo los que no sólo no hicieron nada para impedir esa crisis, sino que contribuyeron –en la medida que fuera– a provocarla. Aunque ahora se hinchen la boca con sus magníficas –y tan originales– soluciones."

La verdad es que se pone el vello de punta previendo lo que nos espera.
 
Como decía en sus viñetas el genial Forges... ¡PAÍS!
 
Yo, mientras pueda, sigo con mi propia fe, y pido a Dios que me dure muchos años 
 

martes, 9 de febrero de 2010

Un ángel en el cielo

Irena Sendler o Sendlerowa (Varsovia, 15 de febrero de 1910 - Ibídem, 12 de mayo de 2008), conocida como «El Ángel del Gueto de Varsovia», fue una enfermera polaca que durante la Segunda Guerra Mundial ayudó y salvó a más de dos mil quinientos niños judíos con riesgo de su vida.

Irena Sendler


La madre de los niños del Holocausto

«La razón por la cual rescaté a los niños tiene su origen en mi hogar, en mi infancia. Fui educada en la creencia de que una persona necesitada debe ser ayudada de corazón, sin mirar su religión o su nacionalidad.»

Irena Sendler, salvó a 2.500 niños del Gueto de Varsovia.

Cuando Alemania invadió el país en 1939, Irena era enfermera en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia el cual llevaba los comedores comunitarios de la ciudad. Allí trabajó incansablemente para aliviar el sufrimiento de miles de personas tanto judías como católicas. Gracias a ella, estos comedores no sólo proporcionaban comida para huérfanos, ancianos y pobres sino que además entregaban ropa, medicinas y dinero.

En 1942 los nazis crearon un gueto en Varsovia, e Irena, horrorizada por las condiciones en que se vivía allí, se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos, Zegota. Ella misma lo cuenta: "Conseguí, para mí y mi compañera Irena Schultz, identificaciones de la oficina sanitaria, una de cuyas tareas era la lucha contra las enfermedades contagiosas. Más tarde tuve éxito en conseguir pases para otras colaboradoras. Como los alemanes invasores tenían miedo de que se desatara una epidemia de tifus, toleraban que los polacos controláramos el recinto."

Cuando Irena caminaba por las calles del gueto, llevaba un brazalete con la estrella de David, como signo de solidaridad y para no llamar la atención sobre sí misma. Pronto se puso en contacto con familias a las que ofreció llevar a sus hijos fuera del gueto. Pero no les podía dar garantías de éxito. Lo único seguro era que los niños morirían si permanecían en él. Muchas madres y abuelas eran reticentes a entregar a sus niños, algo absolutamente comprensible pero que resultó fatal para ellos. Algunas veces, cuando Irena o sus chicas volvían a visitar a las familias para intentar hacerles cambiar de opinión, se encontraban con que todos habían sido llevados al tren que los conduciría a los campos de la muerte.

A lo largo de un año y medio, hasta la evacuación del gueto en el verano de 1942, consiguió rescatar a más de 2.500 niños por distintos caminos: comenzó a sacarlos en ambulancias como víctimas de tifus, pero pronto se valió de todo tipo de subterfugios que sirvieran para esconderlos: sacos, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercancías, bolsas de patatas, ataúdes... en sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape.

Irena quería que un día pudieran recuperar sus verdaderos nombres, su identidad, sus historias personales y sus familias. Entonces ideó un archivo en el que registraba los nombres de los niños y sus nuevas identidades.

Los nazis supieron de sus actividades. El 20 de octubre de 1943, Irena Sendler fue detenida por la Gestapo y llevada a la infame prisión de Pawiak donde fue brutalmente torturada. En un colchón de paja encontró una estampa de Jesús Misericordioso con la leyenda: “Jesús, en vos confío”, que conservó consigo hasta el año 1979, momento en que se la obsequió a Juan Pablo II.

Ella era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos. Soportó la tortura y se negó a traicionar a sus colaboradores o a cualquiera de los niños ocultos. Fue sentenciada a muerte. Mientras esperaba la ejecución, un soldado alemán se la llevó para un "interrogatorio adicional". Al salir, le gritó en polaco "¡Corra!". Al día siguiente halló su nombre en la lista de los polacos ejecutados. Los miembros de Zegota habían logrado detener la ejecución sobornando a los alemanes, e Irena continuó trabajando con una identidad falsa.

En 1944, durante el Levantamiento de Varsovia, colocó sus listas en dos frascos de vidrio y los enterró en el jardín de su vecina para asegurarse de que llegarían a las manos indicadas si ella moría. Al finalizar la guerra, Irena misma los desenterró y le entregó las notas al doctor Adolfo Berman, el primer presidente del Comité de salvamento de los judíos sobrevivientes. Lamentablemente la mayor parte de las familias de los niños había muerto en los campos de concentración nazis. En un principio los chicos que no tenían una familia adoptiva fueron cuidados en diferentes orfanatos y poco a poco se los envió a Palestina.

Los niños sólo conocían a Irena por su nombre clave "Jolanta". Pero años más tarde, cuando su foto salió en un periódico luego de ser premiada por sus acciones humanitarias durante la guerra, un hombre la llamó por teléfono y le dijo: "Recuerdo su cara, usted es quien me sacó del Gueto." Y así comenzó a recibir muchos llamadas y reconocimientos.

En 1965 la organización Yad Vashem de Jerusalén le otorgó el título de Justa entre las naciones y se la nombró ciudadana honoraria de Israel.

En noviembre de 2003 el presidente de la República, Aleksander Kwasniewski, le otorgó la más alta distinción civil de Polonia: la Orden del Águila Blanca. Irena fue acompañada por sus familiares y por Elzbieta Ficowska, una de las niñas salvadas, "la niña de la cuchara de plata".

En el año 2007 el gobierno de Polonia la presentó como candidata para el premio Nobel de la Paz. Esta iniciativa fue del Presidente Lech Kaczynski y contó con el apoyo oficial del Estado de Israel —a través de su primer ministro, Ehud Ólmert— y de la Organización de Supervivientes del Holocausto residentes en Israel. Las autoridades de Oświęcim (Auschwitz en alemán) expresaron su apoyo a esta candidatura, ya que consideraron que Irena Sendler fue uno de los últimos héroes vivos de su generación, y que demostró una fuerza, una convicción y un valor extraordinarios frente a un mal de una naturaleza extraordinaria. Finalmente el galardón fue concedido al ex vicepresidente de los EE. UU., Al Gore.


Después de ver este video uno se cuestiona ¡hasta dónde puede llegar el hombre, Dios mío! 
Irena falleció en Varsovia (Polonia), el 12 de mayo de 2008 a los 98 años de edad.
Fue candidata al Premio Nobel de la Paz en 2007, aunque finalmente no resultó elegida.


Señores, ¿y aún soñamos con un mundo justo?

 

domingo, 7 de febrero de 2010

Los "exabruptos" políticos de Reverte

La vicepresidenta del Congreso,  la socialista Teresa Cunillera, que ocupa la vicepresidencia del Congreso de los Diputados, ha dedicado una airada carta "al Director" a Arturo Pérez Reverte, indignada con Pérez-Reverte por un texto muy crítico con los parlamentarios. Cunillera le pide "más reflexión" y "menos exabruptos".

Conozcámos lo que dijo Arturo Pérez Reverte en ese "irreflexivo" texto:

" Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar. No identifico a casi ninguno y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada.

Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.

Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto.

Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los años, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído, el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable.

Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.

Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante años, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento.

Lo sabe cualquiera que se fije, que lea y mire.

Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.

De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos. "

domingo, 24 de enero de 2010

Érase una vez la educación




Rondaban los años 90 cuando, en una reunión de padres, se "informó" de que iban a ser incluidas clases de Tecnología y de Ética dentro de las aulas. Era una especie de ensayo piloto que desplazaría, ante nuestros ojos atónitos, horas de asignaturas básicas como la Lengua, la Literatura y las Matemáticas. Éstas quedarían sustituidas por las anteriores (a la postre nadie sabía, ni siquiera los docentes de tales disciplinas, lo que tenían que dar en esas asignaturas, puesto que quedaban a tenor de las directrices de cada centro. Así pues, un niño podía ver que en sus clases de  Tecnlogía se les enseñaba circuitos electricos, magnetismo, etc, mientras que otro daba manualidades, o una tercera, costura).





Había llegado la LOGSE y con ella, para arreglar los males de antaño, la destrucción educativa.

Yo no lo veía muy claro, y eso que soy maestra, pero a mí me pareció todo muy raro, intuía que "había gato encerrado" y ¡ya ves si lo había!. Yo me dije: "La universidad, hacía dos décadas que había abierto las puertas de las aulas de para en par a todos los españoles que quisiésemos estudiar, fueren de la condición social que fueren, y se les había ido de las manos. Como de costumbre, en los staff-colectivos como yo les llamo, no pensaron en el más allá, sólo quisieron arreglar, sin pensar en que para arreglar una catástrofe creaban otra aún mayor, lo que sin saber y con la buena voluntad habían creado: universidades masificadas, alumnos que debían tomar a veces los apuntes en el escalón de la misma tarima del profesor por falta de espacio… Por fin todo el mundo tenia lo que tanto habían deseado, sobre todo los padres y abuelos, ser titulados, pero hubieron demasiados y no hubo otro remedio que llevar a cabo el para algunos maldito "número clausus".

Gracias a Dios, y a algún otro, las paredes de la universidad unieron a la gente y comenzó una inserción del vulgo en la jet-society, y el proletariado se volvió su propio antónimo.

De golpe nos encontramos con un escuadrón de jefes sin soldados a los que dirigir, titulados por doquier que habían gastado fuerzas, ilusión, tiempo y dinero -a veces mucho tiempo y un dinero que no tenían- sin poder acceder a un trabajo digno de sus conocimientos y de su especialidad.

Sin embargo, mientras la sociedad vivía grandes momentos, las necesidades de encontrar "peones de a pié" aumentaba; albañiles, fontaneros, torneros, electricistas, modistas, etc, eran reclamados sin tener a nadie que respondiera para cubrir estos puestos; en las almas humildes había calado la idea de que sus hijos y ellos mismos podían ser algo más, la creencia de que esos empleos eran para "otros", no para "mí" , no para "mis niños". Y todos fuimos titulados muertos de hambre, mientras que los pocos llamados “pobres e inútiles” compraban, y lo mejor… pagaban, coches que arquitectos, ingenieros, médicos,… no podían. Volvió a crearse la alarma y los staff-colectivos se pusieron manos a la obra, se sentaron una vez más a “pensar” qué hacer con nosotros. Pasados unos años, vimos el humo blanco. La idea cumbre al fin lucía.

Al conocerla supe que llegaba el momento de la muerte lúcida y vino la trampa. Nuestros herederos serían malformados para que ellos mismos, por sí solos y sin ayuda de nadie, se arrojaran al vacío. Llegaría la permisividad, la desidia, la evaluación continua sin necesidad de tener conocimientos ni de aprobados, la disminución de contenidos, la disminución horaria docente. (yo recuerdo que tenía que clases de lunes a viernes de 9 a13,30 y de 15 a 18, todos los días, y el sábado de 9 a 14, y cuando llegábamos a casa, seguíamos haciendo deberes para el día siguiente hasta la hora de la cena, si no era más allá.

Ellos no, ellos deben asistir a clase de 9 a 14 y listo, de lunes a viernes, porque tienen que estar en casa conviviendo con su familia que es lo verdaderamente importante, cuando en su casa, los padres estaban trabajando para poder salir a flote o para llevar el ritmo que les imponía la sociedad a propios hijos, ya claro, “todos lo tienen y mis niños no van a ser menos” .

Y… ¡nada de hablar de deberes! Por dios qué aberración, ¡deberes para casa!, para eso está el horario de clase, ¡que trabajen los profesores que para eso les pagan! (que ellos tampoco saben, dicho sea de paso, cómo van a coger el toro, si por los cuernos o por el rabo, de lo dislocados que los tienen con tanta porquería educativa), porque… los niñossss… necesitan tiempoooo… para descansaaar… y relajarse, ellos necesitan la tarde libre para ir a baile, a taichí, a taekwondo, a manualidades, a informática –tienen que chatear para perder el poco vocabulario que obtienen en el cole- Y ves a los niños estresados sin saber a dónde acudir. Ni saben de geografía, ni de historia, ni de mates… y por supuesto, ni mucho menos de lengua o literatura. ¡Qué tontería, total, para qué les va a hacer falta la lengua o la literatura a esos niños! ¡Si este niño va a ser astronauta!.

Lo pienso y la sangre se me hierve. ¡Pobres renacuajos los que sueñen con ser príncipes, porque ni siquiera los dejarán ser sapos feos¡, y así ha sido.

Nos llegó la LOGSE en 1990 (Ley Orgánica General del Sistema Educativo), sustituyendo a la LGE de 1970 (Ley General de Enseñanza), estableciendo la enseñanza obligatoria hasta los 14 años con la EGB (Enseñanza General Básica), tras esa fase previa de 8 cursos, el alumno accedía al BUP (Bachillerato Unificado Polivalente) ó a FP (Formación Profesional); dicen que con ésto se reformó el sistema educativo desde la primaria hasta la universidad, adaptándolo a las necesidades de escolarización, pero la realidad era otra, era la imposición de un sistema carente de método y de sustancia, un sistema que formaba de forma sesgada, que malformaba, para que los niños no estuvieran preparados en su último ascenso hacia su futuro: La Universidad.




Y nos encontramos con niños carentes de ortografía, carentes de nivel de abstracción, carentes de concentración, carentes de análisis, carentes de sintetización, carentes de sentido práctico, carentes de buenas maneras, niños esponjas con ganas de aprender que acababan carentes de autoestima, carentes de todo; niños que podían pasar de curso con 7 asignaturas suspensas del año anterior… , niños a los que regañaban premiaban indiscriminadamente por todo. Niños sin norte y, lo peor de todo, sin ilusiones, sin esperanzas de ser alguien, niños que jamás podrían ver sus sueños cumplidos y lo peor del caso es que aún creen que la culpa la tienen ellos por no haber estudiado.

¡¡¡¡Ese era el gran truco!!!!.

Y volvieron las clases sociales, porque los padres no somos tontos y sabemos que lo que les den en el colegio no es lo que después les van a pedir para acceder a la universidad y hemos educado a niños con valores, con principios y con ilusiones, con ganas de ser más y mejores, y debemos prestarles ayuda (¡el que pueda, claro!). Y volvieron las clases particulares de apoyo (para aquellos que puedan permitírselo, claro), y llegaron poco a poco sin saberlo y sin querer las distancias conceptuales, educativas, de una manera fría e irremediable.

Y ahora, cada año en la Universidad veo llantos en “tíos como castillos” por una milésima que les faltó para acceder a sus sueños y veo a sus padres que, sin medios económicos, se estrechan el cinturón hasta que de asco y ansiedad echan el estómago por la boca con tal de que su niño sea alguien, eso que él siempre quiso ser desde chiquitillo, verlo hacer la carrera de su vida, aunque sea en otra ciudad o en otro país.

Y no hay derecho.

Efectivamente, la desmasificación de la Universidad, programada por la “jet-stupid-que entiende” ha dado resultado, pero con un precio demasiado alto, el de los sueños rotos, el de la injusticia, la impotencia y la desesperación, porque ya es demasiado tarde.



En 2006, sin pudor alguno, se nos metió la cama la LOE (Ley Orgánica de Enseñanza) y se permiten el lujo de decir que :

“La ley LOE establece una enseñanza obligatoria hasta la ESO (Escuela Secundaria Obligatoria), es decir,hasta tener los 16 años. Es posible, además, estudiar hasta el Bachiller y hacer unos estudios universitarios a elegir del estudiante.

Esta ley establece en su preámbulo que tiene como objetivo adecuar la regulación legal de la educación no universitaria a la realidad actual en España, conformada por:

• La educación infantil,

• Educación primaria,

• Educación secundaria obligatoria (ESO),

• Bachillerato, formación profesional, de idiomas, artísticas, deportivas, de adultos.

Bajo los siguientes principios:

Calidad de la educación para todo el alumnado,
Equidad que garantice la igualdad de oportunidades,
• Transmisión y efectividad de valores que favorezcan la libertad, responsabilidad, tolerancia, igualdad, respeto y la justicia, etc. “

Calidad, equidad, igualdad de oportunidades, libertad, responsabilidad, tolerancia, igualdad, respeto, justicia...

(¿Me permiten? Disculpen, déjenme sitio, voy a vomitar.)

Y nos queda, a rasgos generales, dividida la juventud, la buena juventud, en dos grandes bloques que expone magistralmente el juez de menores, Emilio Calatayud:

Si compras tres bragas, te regalo un libro

Anoche fue una noche sin sueños."Espercojaica" (como dicen en mi tierra) después de una buena ducha al compás de un Requien de Fauré, tomé mi portátil para ver mi realidad virtual.

Allí estaba, en mi pantalla, impúdico; entró sin avisar y sin anestesia previa...



Y yo me pregunto:
¿Qué ha podido provocar este cataclismo?
¿Cómo hemos podido llegar hasta límites tan insospechados, tan absurdos?

Cómprame 3 bragas y te regalo un libro.

¿Quién es el culpable del fondo de este indignante cartel?

¿El vendedor ambulante? Obviamente estas personas, en su devenir diario, casa a cuestas, unos porque no se les ha dado la oportunidad, y otros porque no la supieron aprovechar cuando les tocó, carecen de formación y de información. A unos se les impuso, otros optaron por el saber de la calle, el de la selva, por la supervivencia y, por ende, no pueden ver el alcance del contenido de su propio cartel, los que sí lo vemos, lloramos de pena y nos tiramos de los pelos de impotencia. El problema está en la calle y nadie que tenga en sus manos el cambiarlo está dispuesto a hacerlo, así que una Eva, la Eva buena, la empática, la transigente, me dice... pasemos página (sin acritud). Pero de repente sale la otra Eva, la escritora, y grita; grita porque en los libros encuentras otro mundo, es cierto, tan cierto como que vives muchas vidas sin salir de tu alcoba, tan cierto como que dejas tu piel para volverte otra, tan cierto como que llegas a saber mucho más de tí a través de otras caras y otros tiempos, de otras historias; tan cierto como que, sin pensarlo, de repente sus líneas te vuelven viva, te hacen libre, es cierto, pero la Eva escritora se cuestiona si ésta no es otra forma de volver a lo vivido, de retrotraernos en el tiempo y revivir la quema de libros que hubo en Plaza Bib-Rambla, allá en el antiguo Reino de Granada, a manos del Cardenal Cisneros, la persecución constante que desde el Binomio absoluto, Estado-Iglesia, ha habido tantos años al "saber" y a la "conciencia"; nunca interesó y sigue sin interesar que el populacho sea un pueblo "leído", porque si llegara a serlo, exigiría ser "entendido" y eso no interesa, demasiados dolores de cabeza, sobre todo porque a ellos, a los de arriba, a menudo les faltan muchas horas de "lectura" para poder "entender" que pasa fuera de ellos; porque para contestar una pregunta hay que conocer las respuestas, y nuestras preguntas jamás encontrarán respuestas.

Si a mí me llevó 3 años documentarme para poder escribir uno de mis libros, porque cada palabra que hay en ella está consensuada con la historia y la vida real de mi ciudad; si tuve que esperar noches enteras a que se acostara mi familia y privarme de un descanso para poder escribir sin interrupciones; si vinieron días de negociaciones; horas de revisiones de galeradas; encontrar un editor, publicarla, buscar un distribuidor que llevara mi obra a las personas para las que fue escrita, … Tanto trabajo para que tal vez un día la vea en la “marcha verde” y que lo regalen ¿con unas bragas?.

Definitivamente el mundo está loco.

¿Dónde está el valor del trabajo bien hecho y el de la dignidad humana? ¿A dónde llevamos la cultura? ¿A dónde?. Como decía Forges en una de sus viñetas… ¿Voy o vengo? ¿Me lo puede decir alguien?


“Perdónalos Señor, porque no saben lo que hacen”


____________________________ o___________________________




A lo largo de la historia, ¿dónde estaban las mujeres
 que eran verdaderamente libres y
no se pasaban la vida haciendo la vida que otros les imponían?

Leyendo o/y escribiendo



"La lectura es un almácigo de ideas y de ideales políticos, sociales, económicos, religiosos... Muchas veces, las ideas contenidas en los libros son un desafío para el orden establecido; por ello las lectoras de todos los tiempos se han valido de los libros para luchar contra la injusticia y el abuso del poder, a despecho de castigos tremebundos y bibliotecas reducidas a cenizas por los déspotas del momento. "                               Evelia Mª. Botana Montenegro

"Leer puede volverla a una, rebelde e infundirle la idea de que es posible apartarse del camino que le habían trazado otros".
Michèle Petit

"La lectura es el orden de la oscuridad de la noche, incluso cuando se lee en pleno día al exterior,
la noche se instala alrededor del libro."

Marguerite Duras

"Hay quienes leen los libros para no sentirse menos que los entendidos;
o para entretener el tedio de la sala de espera;
o para olvidar los agobios de los acreedores,
o los desprecios de un ingrato,
pero hay, además del snob y del que busca las rutas de su evasión,
la lectora común que sólo va tras su propio placer;
la que se deja guiar por su propio instinto
y se comporta frente al libro, con la apertura maravillada de quien se dispone a recibir una revelación;
con el respeto de la huésped en la casa ajena;
con la curiosidad de la niña cuando tiene a su merced a un adulto
con la insistencia apasionada y aún con la importuna devoción de una adolescente; con la libertad que conquista y abandona, que escoge, que guarda, que olvida.
Lo único a lo que la lectora común aspira cuando lee es a vivir entre los que viven."
Rosario Castellanos




Hallé una flor dentro de un libro.

Dijiste:
“Puse mi amor en cada pétalo”.
Vi que allí estaba su fantasma
y el tuyo, tiré la flor marchita
y a ti; -te exorcicé-
No acumulo despojos
y sigo leyendo libros
 Marín
 


"Las mujeres reales, no las de la literatura,
no podían ser escritoras, científicas
o sobresalir de alguna manera,
porque a las mujeres se les encerraba con llave,
les pegaban, les elegían el marido y las zarandeaban...
apenas sabían leer, apenas escribir
y eran propiedad de su marido.

La libertad intelectual depende de cosas materiales,
la poesía depende de la libertad intelectual;
las mujeres siempre han sido pobres
desde el principio de los tiempos.
Por lo que hay que tener 500 libras al año,
una habitación propia con cerradura y
acceso a una biblioteca para arribar al mundo
y no permanecer sola en casa y ser zarandeada."

Virginia Woolf
"Yo leo literatura porque:
el mundo, con la variedad
y multiplicidad de sus objetos,
con el ritmo de sus acontecimientos,
con sus cambios incesantes en los órdenes
y las relaciones entre las cosas,
con sus apariciones súbitas e inexplicables
y sus desapariciones repentinas
misteriosas; me produce vértigo.
En cambio la página es una especie de remanso tranquilo
en la que se reflejan las formas y permanecen inmutables,
ofrecidas a la contemplación, invitando a su desciframiento,
La página es un espejo que me guarda
la consideración de no reflejarme,
sino de ceder el sitio a la protagonista de mi lectura."
Rosario Castellanos

"Cuando una inicia el acercamiento a la lectura con las niñas,
se realiza un trabajo de escultura;
se empieza por conocer y reconocer el valioso material
 con que se va a trabajar y la importancia de dicha labor,
por lo que se pone en juego todo lo aprendido, la dedicación,
paciencia y el disfrute de hacer lo que más le gusta a una
Formar lectoras es una tarea lenta, placentera,
ardua e infinitamente satisfactoria."
Diana Flores Carrillo

"La madre superiora de la Orden Jerónima exhortaba a Sor Juana:
-Es inadmisible que leáis hasta muy entrada la noche. Debéis comprender que los estudios en las mujeres son cosas que rechaza la Santa Inquisición, porque en ellos no hay nada bueno-
La inmediata respuesta de Sor Juana fue:
-¡Vos sois una tonta y más que tonta!-
Escandalizada la madre superiora pidió ayuda al arzobispo de México, amigo de Sor Juana.
-¡Imagínese su paternidad que la susodicha Sor Juana llegó a decirme “tonta y más que tonta”!
A lo que monseñor contestó:
-Muy bien, madre priora; pruebe su reverencia lo contrario y se le hará justicia-." Delfina Careaga


"A pesar de haber estado tentada a disfrazarse de varón
 para tener acceso al conocimiento de la Universidad,
y no obstante haber dado muestras sobradas
de sus méritos para hacerlo,
Sor Juana prefirió asumir su condición de marginada,
oportunidad de creación de un saber reivindicatorio
de lo marginal y lo diferente.
El enclaustramiento de Sor Juana
ponía de relieve el secuestro del saber.
Así al defender los valores democráticos,
al enfrentarse a la discriminación y la intolerancia,
al defender el pensamiento libre y plural,
el Fénix de México, actuó en defensa propia."
Graciela Rodríguez
Académica de la UNAM
en representación de las mujeres
 destacadas por su trabajo
académico y de investigación
 al recibir sus reconocimientos

Leer nos permite jugar con el tiempo y el espacio:
en palabras de Gabriela Mistral,
con un libro ante nuestros ojos,
“estamos donde no estamos”.
____
"Cuando leemos,
somos ubicuas y atemporales,
somos quienes somos y también los otros, somos la realidad
y lo posible."                                          Ma. Evelia Botana Montenegro

"La lectura nos hace inmigrantes a todos. Nos lleva lejos de casa, pero lo más importante, nos encuentra un hogar donde sea."           Hazel Rochman


"Lo que sucedió usted lo sabe:
aprendí a leer y mi soledad encontró compañía,
el silencio se pobló de voces, el vacío se llenó de fantasías.
En los libros encontré lo que necesitaba,
ahora es mío el mundo y hasta una porción de la eternidad."
Me he imaginado a mí misma
en grandes romances y en arrebatos místicos,
en la entrega revolucionaria
y en el fuego de la poesía.
Me imaginé el placer y
no sólo viví todas las pasiones
sino también la diversidad de sus matices.
Sara Sefchovich



sábado, 23 de enero de 2010

No me preguntes

ensamiento sin pretensiones

Nunca preguntes si existo.
Si lo hago...
amor será por ti.
Eva Velázquez



¿Para qué se necesita la cultura?




¿Para qué se necesita la cultura?, preguntaba Isa, una de mis amigas, aunque por edad podía ser mi hija, en el fb. Isa es una buena niña, guapa, muy guapa, inteligente y artista. ¿Cabe todo en uno? Pues sí, cabe en Isa. Ella está terminando Restauración y hace unas fotografías de ensueño. Aún no ha vivido lo suficiente para poder valorar tanto bueno que tiene dentro, cuando lo haga, se llevará una gran satisfacción. Espero ser testigo. Os dejo una de sus creaciones que me encanta, sin su permiso, aunque no creo que se enfade porque la comparta con vosotros. Así es ella, bella y enigmática, como esta foto.


© Foto realizada por Isabel Martín Román.
  Todos los derechos reservados

Isa, querida, la cultura nos sirve para que tú estés ahí, regalándonos imágenes tan bonitas como sabes hacerlo, con tus manos y a través de tus ojos... para que cada día quieras seguir siendo un poco más tú... para abrir la mente y entender que vale la pena un minuto de dicha junto a la persona amada aunque después te esperen mil años de tormento.. para ser más tolerante... para empatizar con la gente... para quererte cada día un poco más, y saber que tú eres única en el mundo, porque habrá muchos, pero no como tú... para entender una mirada aunque sea a través de un retrovisor ;o)... para entender una sonrisa aunque esté mojada de lágrimas... para comprender que la vida nos ofrece tanto y tanto que esa misma vida no basta para aprender lo que nos gustaría... para amar con el corazón, con la razón y con el estómago... para saber convinar los colores adecuados y pintar un amanecer de recuerdos... para ser tú te lo permitan o te lo nieguen... para vivir y saber que vives.

domingo, 17 de enero de 2010

Si nos dejan...





".. ten mucho cuidado de no ser feliz, porque si eres feliz, ¿de qué vas a hablar con todo el mundo?.

La envidia, dicen los que entienden, es el pecado capital de los humanos y a estas alturas de mi vida estoy totalmente convencida.

La envidia no es otra cosa que un signo de mediocridad, de ridiculez, de vida vacía, un cúmulo de miedos a seguir creciendo, por querer saber lo que el otro es y saberse inútil (no siempre de serlo, pero si te lo crees, lo eres por obviedad), de no tener reaños para hacer algo que otro hace. La envidia se convierte en halago para el envidiado y esa es la mayor pena para el envidioso, su castigo.

Es cierto, hay personas que por ver un tuerto son capaces de saltarse un ojo, son capaces de sufrir, con tal de ver que el vecino lo pasa mal, pero lo realmente triste es que lo malo siempre cunde porque lo malo es creible. Pero... ¿por qué la gente cree lo malo antes que lo bueno?. ¿Por qué abrimos los oidos a gentes que sabemos que no sale otra cosa que hiel por sus labios?.

Siempre me lo he cuestionado y he llegado a una conclusión: "lo hacen para sentirse alguien, para que se les escuche porque de otra forma pasarían desapercibidos y la vida se olvidaría de ellos, para sentirse superiores sin ni siquiera poder soñar el serlo", superiores al resto que peca, y lo hacen porque son incapaces de ser felices y odian ver que otros lo son sin tener que saltar sobre el cadáver de su amigo. Sus velados, grises y manchados ojos tienen que ver las agallas que ellos no tienen para llevar su propia vida, la realidad espesa que los aplasta, nuestros arrestos les duelen y les devora la envidia, una envidia que han de tragarse muy a su pesar delante de nuestros ojos y se la tragan cucharadita a cucharadita creándoles la hiel maldita con la que bautizan a sus presas; se consumen en la miseria, en las ganas de ser como ellos, y son esas mismas ganas las que fabrican el fango en el que la otros, gente honrada, se hunden, nos hundimos.

La envidia es el pecado capital de los humanos, efectivamente,estoy totalmente convencida, aunque me ha costado casi una quinquena el darme cuenta de ésto. La envidia se hereda, viene "de cuna", estoy segura y es la única que nos lleva a la crítica destructiva, esa que se escapa de toda lógica porque como personas individuales que somos, tenemos absoluta capaz de decisión sobre ella, pero sólo sobre la nuestra y, mientras no nos metamos en el límite de lo ajeno, con ella haremos y desharemos a nuestro antojo lo que nos plazca, porque es nuestra, y porque no tenemos más que una para ser vivida y la vivirémos intentando ser feliz conscientes y consecuentes con nuestros hechos, con nuestras decisiones y con todo lo que ellas nos traigan de la mano.

La envidia crea imágenes creibles para todas las almas envidiosas, esas almas que están cansadas de su pura desidia, de no hacer nada por salir, sólo quejarse de que los demás salgan. No se mueven, no trabajan, no se forman, no sacrifican nada en su vida por algo que les curta, pero luego les duele los que sí lo hacen y obtienen sus resultados. Desgastan sus vidas en el día a día lleno de telenovelas y chismes que les ponen la boca "como una flor machacada", como decía García Lorca en su obra "Yerma", y les molesta que otros salgan; se crecen en sus mentiras y aparentan sentirse importantes, voladores del mundanal espacio de gente podrida, huyendo sin saberlo del hedor que de ellos mismos emana. No saben que, aunque caídos, derrotados por sus voraces lenguas viperinas, sibilinas en la mayoría, es su "mierda" el maná que nos ayuda a seguir siendo como somos, porque nos gusta ser fieles a nuestros conceptos, a nuestra moral (sea cual fuere), a nuestra familia, a nuestros verdaderos amigos, compañeros, a nuestros colegas, a los amigos de nuestros amigos, ser, en suma, nosotros mismos aunque sólo sea por no parecernos a ellos.

Entiendo el desahogo de un daño sufrido o de una tristeza entre dos amigos confidentes; entiendo las voces (aunque me asustan las voces) entre dos personas arreglando una herida que les duele; entiendo otras muchas cosas, pero no entenderé jamás una crítica malsana, no a aquel que la emite, pero mucho menos a los oídos que la creen y encima la transmiten.

Nosotros somos dueños de nuestras vidas. Nadie, absolutamente nadie somos dignos de evaluar ni de juzgar la conducta de alguien porque no sea la nuestra. "La realidad no es como se manifiesta, sino como se vive", porque para entendernos "tendríamos que caminar diez leguas con los mocasines" de aquel que criticamos y porque nuestra vida es nuestra siempre que se respete al que se tiene delante.

Os voy a poner dos ejemplos que me vienen a la mente.

UNO: Un día invité a almorzar en casa a una pareja amiga. Los conocí en la Facultad, él era becario de un departamento, simpático, trabajador y honrado, de raza negra, un día leyó uno de mis escritos y a raíz de ahí hicimos amistad; ella era buena, humilde, dulce, de raza blanca y tan sólo la vi tres veces que fueron como toda una vida por la belleza de su alma y su cercanía. En la sobremesa sobrevino una conversación sobre religión. Ella era evangelista, él musulmán y yo católica. Yo adoro a ese matrimonio porque, como el resto de gente que me rodea, son gente para admirar en todos los ámbitos de su vida y en el desarrollo de la charla yo les preguntaba: ¿Acaso mi Dios, tu Allah o tu Yahveh nos castigarán a los otros dos por no profesar su religión? Aquí estamos los tres, felices de reunirnos y compartir una buena tarde. Los tres procuramos hacer nuestras vidas sin meternos en la del resto, los tres amamos a la gente y procuramos hacer el bien que podemos, los tres somos trabajadores y luchamos por nuestra familia, por amigos y conocidos, nos formarnos día a día un poco más para entender más y servir mejor a la sociedad a la que pertenecemos, ... ¿Entonces dónde está el fallo? ¿Dónde el delito? Seguimos las religiones que por tradición nos han sido impuestas y con las que ahora comulgamos de una forma consciente. ¿Entonces? ¿Dónde está el delito que le haga a ese gran mi Dios, tu Allah o tu Yahveh castigarnos por no seguirle?. Nadie tenemos la verdad en nuestras manos y por tanto, nadie tiene el derecho a una crítica destructiva.

OTRO: El día 30 se me casa una buena amiga; el hombre de su vida, como dice la canción que más abajo podéis escuchar... se llama Claudia. Muchas son las críticas que hay al respecto en la sociedad, y a pesar del aperturismo que existe en algunos sectores, otros, desgraciadamente se dedican a criticar este tipo de matrimonios. Pero ¿quién los juzga? ¿Quién tiene derecho a juzgarlas? ¿Quién las aloja cuando no tienen casa? ¿Quién les da trabajo cuando les ha faltado? ¿Quién viene a consolarlas en sus tristezas? ¿Quién a abrazarlas cuando se sienten solas? ¿Quién mira el mar junto a ellas y les echa una mano cuando se derrumban? Entonces... ¿Quién tiene derecho a juzgar si está bien o mal el camino que ellas elijen? Son jóvenes, guapas, seguras de sí mismas, trabajadoras incansables, mentes sanas abiertas a ayudar a quien lo necesita... ¿Puede decirse lo mismo de algunos de los que a veces las juzgan? A menudo vemos gente sin escrúpulos en los que su casa y todos los que hay en ella quedan muy lejos de sus deseos, de sus expectativas, de su corazón y de su cama, gente a la que no les importa nada, gente en muchos casos de sexualidad ambigua y envidiosa de la felicidad que tienen ante sus ojos por no haber tenido valor para escuchar a su corazón y a su propio cuerpo cuando debieron hacerlo, y se han metido en matrimonios cuyas mujeres o maridos les dan asco porque no es eso lo que ellos desean. Ellos aparecen ante el resto de los humanamente correctos como personas sensatas, que "no deben ir al psicólogo porque ellos no están enfermos" ni necesitan ir al psicólogo (¡¡¡Dios!!!), esos que no aparentan pero que se mueren de ganas de tenerlo cerca porque realmente su vida no tiene sentido en este lado de "su acera" y que desean a alguien de su propio sexo igual que la lluvia busca la nube donde albergarse pues sin ella no podría existir, y a veces se deciden, lo buscan y a escondidas cumplen su sueño. ¿Eso es mejor? Todos conocemos unos cuantos casos.

¿Alguien puede decirme dónde está el daño que hacen dos chicas o dos chicos con amarse? ¿Quién puede meterse en el corazón y en la vida de dos personas que se aman? Cuando se quiere a un amigo, a un conocido lo que nos apetece es verlo atendido, respetado, feliz. Si realmente nos importa la persona y la vemos dichosa ¿A quién le importa con quién decida compartir su vida y su cama? ¿A mí? ¿A vosotros? ¿Quiénes soy yo o vosotros para juzgar a nadie? Sólo la perfección tendría la osadía de hablar, pero ¿qué es lo acertado y qué lo perfecto? ¿Alguien puede tirar la primera piedra?. Todos tenemos la perfección en nuestra mano porque es la nuestra, así que el que vea mal este tipo de relaciones... que la tire, que aquí estaremos los demás haciendo de escudo y con esas misma piedras haremmos los que las queremos, su pared, como dice Ana Torroja, una pared que servirá para guardar el calor de su propio hogar, para seguir viviendo su amor con el mismo respeto o más que el que se profesan a veces muchos matrimonios heterosexuales. ¿Alguien se ha cuestionado el camino que han de atravesar para llegar a donde han llegado?



Pues felicítenlas y déjenlas vivir felices ¡¡¡Paca, Claudia... desde aquí mi cariño, mi amistad y mi más sincera enhorabuena por vuestro enlace!!!



Yo no tengo duda, la crítica es un invento de la mente enviosa para justificar sus propios miedos y su propia mediocridad.


"... Pobres de los que quieren ser y no se atreven a conquistar por sus propias limitaciones"

Un beso.

domingo, 10 de enero de 2010

Uno vuelve siempre donde amó la vida



Ayer fue un buen día, el concierto con el Orfeón, genial, disfruté mucho, aunque eché de menos a gente que me importa; las obligaciones, los estudios, el trabajo no les permitieron acompañarme, pero disfruté con la alegría de los que sí pudieron estar allí, mis "amigos de siempre" y también mis amigos de ahora, mis compañeros orfeonistas.
Esta mañana me he levantado turbada por la distancia física que me separa de la persona que más quiero en el mundo, aunque acabo de hablar con ella, y decidí ponerme a recoger correos para que esa ansiedad no se apoderara de mí. Navegando di con el blog de mi amigo Jesús y encontré esta canción que ahora os dejo aquí de Mercedes Sosa, y fue como un preludio de las ansias que llevo dentro. Recordé viejos amores y grandes amigos que quedaron en el camino y con ellos, las pequeñas cosas que fueron grandes porque fueron compartidas y la nostalgia se apoderó de mí en un instante. Uno vuelve siempre a los mismos sitios donde amó la vida y entonces comprendes como están de ausentes las cosas queridas. Es cierto.
Es curioso comprobar cómo la vida nos va guiando, sin apenas darnos cuenta, hacia otros lugares, otras personas, otras cosas; y las vivimos de nuevo, las gozamos y tratamos de enriquecernos con ellas, dejando atrás todo lo vivido, sin apenas darnos cuenta, sin cuestionarnos si es eso lo que realmente queremos, sin pensar que  el amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo y todo queda como si nunca hubiera sucedido. Seguimos nuestra senda, nuestro día a día, nuestra rutina tratando de apartar el pasado y de encontrar en camino a la felicidad sin reparar en que, como decía Paco, tal vez no hagamos otra cosa que arañar la vida para no darnos cuenta de lo que estamos viviendo.  Un día, de repente, algo nos vuelve a conectar con  aquellos que dejamos lejos y como una nube ingrávida, cargada de lluvia, nos los trae a la memoria tal vez para recordarnos que no estuvimos solos, que hubo gente a la que importábamos y mucho, y nos vuelven a la mente sus caras, sus aromas, sus voces  -unas caras, unos aromas y una voces que fueron únicas-, y vuelves a sentir las ilusiones de aquel tiempo y revives sus momentos felices, porque lo feliz nunca se olvida, y el alma se te achica al comprobar que ya no están a tu lado.

Esas gentes que aterrizaron en nuestras vidas cargadas de "pequeñas cosas", que nos hicieron sentir plenos, únicos en el barullo de este universo  que nos tocó vivir y que acabaron siendo el pilar que nos sustentaba, ya no están, se fueron o los echamos como un niño pequeño que da patadas a su carrocho sin comprender que es él precisamente el que le hace reir todos lo días. Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas que fueron la razón de tu vida. Pasa el tiempo y de nuevo una sonrisa, una frase escuchada en tiempo y forma, un día luminoso, el aroma a azahar, una canción, una mirada lejana, la estela de aquel perfume que tan bien lucía en su piel... los acercan a tu mente y trato de atarlos para que no se me vuelvan a escapar, sin darme cuenta que jamás una mano pudo mantener el agua de un río, o tal vez del mar, por muy cerrada que la tengas. Se han ido para siempre.




Por un instante siento el vacío de su ausencia y esas cosas simples quedan doliendo en el corazón.
Me detengo y pienso cómo pudieron quedar atrás las alegrías y esperanzas, los alborotos y los llantos, tantos gozos y tantas sombras... sin que ninguno hiciéramos nada por remediarlo; me pregunto dónde guardo ahora mis recuerdos; cómo he podido vivir estos años sin contacto con aquel presente; dónde se alberga mi unión con ellos, dónde la quimera de volverlos a ver, y no encuentro la respuesta. Efectivamente, nuestro presente es el resultado de nuestro pasado, y resuelvo que quiero conservarlo -bajo llave para que nadie pueda acceder y dejarme sin él, sin sus recuerdos-, porque no quiero que mis pequeñas cosas las devore el tiempo.
Que tengáis un buen día.